El acomodador es la persona que acompaña a los espectadores en algunos espectáculos, para ayudarles a encontrar un lugar (previamente adquirido mediante precio) que le proporcione sensación de confort, y desde el que contemplar la interpretación que se lleva a cabo en el escenario.
De igual forma que en teatros y otros espectáculos, el espectador elige las características del sitio que va a ocupar entre el público (platea, anfiteatro, centrado, lateral, etc.), en el caso del 11-M los espectadores fueron acomodados para observar la interpretación, en función de sus gustos personales, afinidad con los medios disponibles o nivel de criticidad. Como cada cosa en nuestro peculiar país, los espectadores de esta penosa obra y lamentable interpretación, tomaron asientos totalmente politizados: los perdedores de las elecciones en torno a unos medios más conservadores y los ganadores en torno a medios considerados progresistas, pero ambos con las anteojeras bien colocadas. Ansiosos de ver cualquier suceso en clave de partido político, y sin desperdiciar ninguna oportunidad de culpar al oponente de cualquier desgracia sobrevenida o por sobrevenir.
Para todo tipo de espectadores, uno de los mejores acomodadores, por su posición, fue el jefe de los servicios de Información de la Policía, señor De la Morena. Su comparecencia en el juicio acomodó al espectador poder ver con claridad que no sólo la policía tenía pruebas de que en el piso había gente viva antes del asalto, sino incluso la identidad de alguno de ellos.
Una vez, en Marzo.... 