«Algunas instituciones llevaron tan mal que les cuestionaran sus dogmas, que llegaron a quemar vivo en una hoguera a quien les contradecía las creencias tenidas como científicamente sagradas, lo que indica la distancia que puede mediar entre el celo institucional y la razón»
El paso de los años y el uso de la razón han ayudado en muchas ocasiones a que dogmas considerados totalmente innegables cayesen cual castillo de naipes. El tiempo y la razón son dos aliados frente a los que es difícil que sobrevivan dogmas sustentados en el abismo.
14 años después de que viera la luz el dogma legal que establecía las proposiciones que sostenían como cierto lo sucedido en torno a los atentados del 11 de marzo dd 2004 en Madrid, se han ido recopilando datos que al ser filtrados en el tamiz de la razón, chocan frontalmente con los documentos encontrados.
Hablaremos aquí de 3 de esas proposiciones:
La prueba de convicción de que la ruta de comercialización de la tarjeta SIM que había en la bolsa con el artefacto en una comisaría, condujo hasta Jamal Zougam.
El que la documentación presentada sobre la ruta de comercialización del terminal condujo hasta Bazar Top.
Y por último, como explicar que pueda reconocerse como custodia, el paseo acompañado por policías, de un artefacto explosivo por la ciudad de Madrid, si los policías declararon desconocer su existencia.
PRIMERA PROPOSICIÓN