El estado de la verdad sobre los atentados del 11-M, viene a ser un experimento mental similar al del gato de Schrödinger, que puede estar simultáneamente vivo y muerto, aunque en este caso en lugar de teorizar sobre superposición cuántica, hay que admitir algo mucho más prosaico: la verdad judicial frente a la verdad racional.
Sobre el disparate del Gobierno de Aznar de atribuir a ETA la autoría, quizá tenga mucho que ver la peculiar tradición española de que los sucesivos Gobiernos busquen siempre un perfil bajo para sus ministros de Interior, en un corte de visibilidad castrense enfocado más a la represión que a la prevención Seguramente utilizar ese tipo de personas tenga su utilidad política, pero ello facilita que sean capaces de dar por cierto que el DNI que ha «olvidado» un criminal en la escena del crimen pertenece al criminal, lo que evidencia limitaciones que hacen dudar entre la honestidad o la inteligencia.
Gracias al proceso policial y judicial sobre los atentados, queda por lo menos demostrado racionalmente que la masacre no fue obra de ETA ni de ninguna guerra islámica, a pesar de la estulticia del ministro Acebes y la letanía de «la guerra de Irak».
La lógica del álgebra de Boole «If not true then false» (Si no es cierto, es falso) en la que la condición a evaluar solo admite dos valores (0 o 1) nada tiene que ver con la lógica judicial que fue creada para que una sentencia pueda dejar establecida la condición de verdad para un hecho que la ciencia de la lógica no puede demostrar.