Beneficio vs no perjuicio

Tras el 11M se dispararon las especulaciones.

Pretender basarse en los actos de fe más o menos politizada, en las certezas absolutas que viajan a lomos de la ignorancia más profunda, o en las descalificaciones e insultos personales como únicos sucedáneos de la argumentación, para sostener cualquier teoría sobre lo ocurrido u oponerse a ella, es un juego malabar predestinado al fracaso.

Sin haber leído y tratado de analizar los aspectos principales del sumario, es imposible intentar conocer lo que ocurrió. Pero tampoco es posible conocerlo leyendo y analizando el sumario. Porque posiblemente, este sumario 20/04 del Juzgado de Instrucción nº 6 de la Audiencia Nacional, sea un modelo único de ejemplo de sumario que en lugar de servir para conocer lo ocurrido, sirve para conocer lo que no ha ocurrido.

El método más empleado para intentar encontrar respuestas es el más simple y frecuente: preguntarse quién podía obtener beneficio de aquellos crímenes. Ese pensamiento lleva parejo la consideración de que el objetivo final del atentado obtuvo éxito.

Sin embargo, nada impide pensar que el objetivo final del atentado terminase fracasando y que sea  precisamente la resolución aplicada al caso, la que consigue que no se produzca un perjuicio, sino lo que parece similar, un beneficio.

Alguien dijo que los problemas complejos tienen soluciones erróneas sencillas y fáciles de comprender; y no cabe duda que el 11M es un caso ciertamente complejo.

Quizá uno de los principales errores que cometieron quienes buscaban a los beneficiarios de la brutal matanza, creyendo que el objetivo final del atentado había sido un éxito, fue el de «mirar en corto».  Porque resulta poco inteligente suponer que el rédito de algo planeado con tanta anticipación iba a producirse a las 72 horas.
Otro de los errores fue dejarse llevar por la inercia española de querer verlo todo en clave de pugnas políticas.
Y tal vez el más importante (por pasar desapercibido con gran facilidad) fue el de pensar en «beneficiados». Porque no es lo mismo, aunque pueda parecerlo, resultar beneficiado que no resultar perjudicado.

El paso del tiempo, además de facilitar el aclarado de la visión, nos permite una perspectiva más amplia y profunda que una «visión en corto a 3 días».

Sobre los políticos, a los que todo el mundo se empeña en considerar artífices de cuanto acontece en España, conviene dejarlos en este caso en el lugar que les corresponde, que no es otro -como se ha demostrado en estos años- que el de convidados de piedra.
Y respecto del hecho de no resultar perjudicado conviene mirar más que a personas o grupos de personas, a proyectos sociales.
Tratemos de mirar pues, con la profundidad de visión que dan estos 10 años transcurridos, releguemos a los políticos a sus hornacinas y púlpitos de perorar, y centremos nuestra atención en qué no ha resultado perjudicado. Porque -tal vez- ahí esté la clave.

Importante: no debe cometerse el error de pensar únicamente qué no ha resultado perjudicado por el atentado, sino en qué no ha resultado perjudicado por la resolución dada al atentado.

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